Sabroso Recuerdo


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CUENTOS

Sabroso recuerdo

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Hace 46 años me parecía que el tiempo pasaba lento, ahora sé que fue un lapso vertiginoso al ver esta tarde a mi querido compañero de juegos de mi infancia.

Comprendo que el reloj marcó de igual manera los años que transcurrieron tanto para él como para mi, pero supongo que él es más viejo, su semblante me dice que está cansado.

Intenté no sentir tristeza por él, más no pude detener la nostalgia que invadió mi sentir al contemplar lo débil que parece estar.

No pude contenerme, corrí hacia él y lo abracé fuertemente, como cuando era una niña.

Él era alto, fuerte, robusto y olía delicioso. Recuerdo que emocionada solía hacer mi refugio con tablones de madera y sentarme allí a confiarle todos mis secretos mientras que él me regalaba todo lo que yo pudiera tomar suyo, me gustaba tanto disfrutar sus movimientos y mecerme asida a él deleitándome con su sabor, con mordidas grandes comía de sus frutos, tenían la piel rozada por el sol.

Hoy cuando salí de la casa en donde viví feliz mis primeros años, me pareció escuchar que me hablaba, me acerqué a él y mis brazos rodearon su tronco casi seco, con su tácita voz se despidió de mí y yo le agradecí los maravillosos recuerdos compartidos.

Caminando hacia la salida, de esa añorada casa, en un instante pareció que el tiempo se detuvo, todo quedó envuelto en un silencio, y así, suave y sorpresivamente me volvió a regalar parte de su alma, de su esencia…

Muy cerca de mí, cayó una exquisita y jugosa guayaba con su interior color de rosa y con sabor a amor.

 

Sabroso e inolvidable recuerdo.

Teresa De Anda.

 

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